EL TAMAGOCHI

De Toro a Zamora

Fotos by Cucho


Esperando al Tamagochi


Al fin llegó. Y a su hora. ¿Cabrán las bicis?


No sé yo, no sé yo... para mí que vamos a ser demasiados. En fin, allá vamos.


¡Buf! Esto es todavía más difícil que meter las bicis en el tren. Dice Portales que la cuesta de marras tiene un 8%


¡Tirad, tirad, que Fernando se quedaaaaaaa!


Por allá está la carretera de Fuentesaúco, al otro lado la de Venialbo, al otro la de... si es que nunca me orienté bien. Eso sí, la vista era preciosa.

Secretamente albergaba la esperanza de que algún lugareño apareciese por allí y nos ofreciese una buena botella de vino. Pero debían estar todos dormidos.

Otra vez será.


Pero cuidado que es bonito el paisaje. Esto no se ve desde la carretera, no. ¡Pero tuvimos que subir desde allí abajo!


Las calles de Toro pobladas de bicicleteros con sus poderosos cacharros. Inusual, al menos a estas horas.


¿Dónde están los otros?


¿Es esto la catedral?


No es que hayamos pinchado, pero hay que echar aire. Además, así echamos otra miradilla.


¡Ya nos volvió a cortar los pies! ¡Cuchoooooooooo!


Parada obligada, la fuente del bosque.


Ale, ale, aleeeee que va Pantani escapaooooooo


¡Que ya lo tenemos! ¡A por éeeeeeeelllllllll!


Entre flores y jaras se va genial. ¡Esto es vida y no el Eroski!


Esta cuesta no se acaba nunca.


¡Ya son nuestros, se van a enterar! ¿Por qué no podremos ir todos juntos? (Respuesta: A las doce en casa)




Estamos llegando a lo más alto, al fiiiin!


Toma un traguito, anda.



En todas las marchas hay que comerse la chocolatina. Y es que estos bosques llaman a una parada y fonda.


No, no es que Ángel estuviese enfadado. Las cosas nunca son lo que parecen. Debía estar saludando a alguien.


No puede haber salida en MTB sin barro. Es imposible. Afortunadamente fue poco.


No sé qué me pasa cuando veo una cuesta, pero es que la bici se me va sola. Qué le vamos a hacer.


Portales sí que sabe. Se lo tomó con calma y llegó igual.


Aquí tenemos a Jorge, tan contento porque iba seco. Seguro que prefiere esto a lo de San Román.


Emilio y Alberto, dos grandes creadores de recorridos. A uno le encanta el barro, y al otro las alturas del Viso.


Otros dos esforzados de la ruta, de cuyos nombres no me acuerdo por mucho esfuerzo que hago. Perdón.


Esto es más duro que la carretera, ¿eh?


Una bonita bajada.


Si es que esto de bajar nos gusta a todos. Siempre y cuando sea un firme suave como este.


¡Geniaaaaaallllll!


Pelotón agrupado...


Y al fin llegamos a Coreses. Aquí está todo el grupo, fotógrafo incluido.


Mención honorífica para la superbici de Fernando. ¡Tiene de todo! Bueno, le falta el portátil y el GPS, pero todo se andará.


Vamos llegando a casa, con la alegría del deber cumplido. ¡Y además pronto!


El caminito a la vera del río siempre fue bonito. En estos días más. Aunque las pelusas se meten por las narices y nos hacen estornudar. ¡Nada es perfecto!


Que no, que no era nieve. Que son pelusas de los arbolicos. Literalmente para llorar.


Yo creo que esta foto no iba aquí, pero tampoco está tan mal para finalizar.





THE END

Hasta la próxima